lunes, 10 de marzo de 2014

Bergancianos por el mundo.

 Desde que salimos de Boadilla, como siempre que se viaja, se disfrutan y padecen nuevas sensaciones; en nuestro caso éstas aparecen como un torrente que nos arrastra, como esos inmensos ríos sagrados que drenan  y santifican las tierras del Indostán. Primero con una semana, previa al viaje, llena de incertidumbre que no ha socavado la moral de los viajeros ni de sus patrocinadores. Ha sido ejemplar el apoyo que nos han prestado los padres de nuestros alumnos para que este intercambio se haya podido hacer realidad: con qué entereza se han despedido de sus hijos en el aeropuerto, animándolos a disfrutar del viaje. Y vive Dios que lo han conseguido; ya ninguno de ellos pregunta cuándo llegaremos a la siguiente base, sino que valoran y comentan con nosotros cada cambio de escenario. Con qué atención  los paisajes, los olores de cada pueblo, cada puesto de comida, cada animal sagrado, o no, que dificulta el paso en la autovía...un sinfín de sensaciones que han amenizado las largas jornadas de autobús del fin de semana (Delhi-Jaipur-Delhi), junto con las canciones preparatorias del acto de despedida, los relatos de Ashwani tratando de hacernos entender la Historia de este inmenso país a la vez que trata de ampliar nuestro vocabulario gastronómico con la degustación de esos manjares que llevan nombres tan simpáticos como: chapati, lassi, masala, pollo tandori ...que aderezados con un sinfín de especias que nuestros jóvenes viajeros están devorando a diario como si el mundo tocara a su fin.
Como cronista fortuito de esta aventura equinocial, no quiero dejar en el olvido los éxitos que están cosechando los viajeros bergancianos cuando, interrumpiendo su cena en un elegante hotel, se arrancan a cantar una conocida sevillana acompañados por nuestro guitarrista particular poniendo de pie a toda la audiencia que, en distintos idiomas, nos acosan a preguntas para saber de dónde venimos, a dónde vamos...a la vez que se hacen fotos con estos embajadores tan resueltos a dejar alto el pabellón del colegio "Teresa Berganza". Nada provoca el desánimo en ellos: ni la larga espera para salir del aeropuerto Indira Gandhi, ni los atascos de autovías y ciudades, siempre con la esperanza que al final de cada día haya un buen refugio para recordar esos palacios románticos de Fuerte Ámber, el Hawa Mahal, o el observatorio astronómico del City Palace de Jaipur. Cómo se manejan a lomos de esos gigantescos elefantes sobre los que suben hacia las murallas que coronan un bonito valle fortificado  para cabalgar esta vez a lomos del cañón más grande del mundo.
Por eso, cuando llegamos a nuestro destino en el Modern School, nuestro colegio gemelo, son recibidos como lo que son: los héroes de una aventura a la que aún le quedan los capítulos más excitantes. Por eso arrojan pétalos de rosas a sus pies y les coronan con flores a la vez que haen ondear las banderas de dos países con dos colegios hermanos.
Finalmente los protagonistas de esta historia han dirigido su arenga a un auditorio entregado a los oradores (en esta ocasión Luis y Lola) que ha sabido reconocer el manejo sin complejos de la lengua de Shakespeare y el dominio que tienen de la oratoria para, finalmente, acercarse al parlamento de la India y a la residencia del Presidente, retratándose con los miembros de su guardia y con todos los admiradores que les fotografían con discreción.
No será este cronista quien caiga en la adulación que envilecería la gallardía que vienen mostrando estos aguerridos viajeros a los que nada ni nadie puede detener ¡Tal es su decisión y su constancia  que ni las diminutas y pérfidas bacterias han osado a entrar por las compuertas de sus organismos!
Por eso, tras varias jornadas largas y muy forzadas, aún podemos decir,  con la moral muy alta:" Sin novedad" . El grupo al completo sigue adelante.

Antonio.
 
 
 
 
 
 
 
 

3 comentarios:

  1. Me has emocionado, Antonio. También Raúl, Celia, Gonzalo, Enrique, Luis... Y deseando leer a los que faltan por compartir con nosotros las impresiones de este maravilloso viaje. ¡¡Estamos viajando con vosotros!! ¡Muchas gracias!

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  2. Estoy con Ana, casi has conseguido hacerme echar las lagrimitas que hasta ahora he conseguido reprimir.
    Todo esto se ha conseguido gracias a tu empeño, y ni nuestros niños ni nosotros lo olvidaremos en nuestra vida.

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  3. Nunca había vivido tan de cerca lo que otros están viviendo a tan gran distancia. Conseguís emocionarnos todos y cada uno de los días.
    Nuestros niños olvidarán recuerdos con el tiempo pero las sensaciones y sentimientos encontrados siempre estarán en su corazón. GRACIAS
    Pilar

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